METAMORFOSIS DE UN MIEDO
“Amarse a sí mismo es el comienzo
de una aventura que durará toda la Vida”
Oscar Wilde
Metamorfosis, transformación, mudar de una estado a otro, transmutar… de esto es lo que me debo a mí misma, escribir. Necesito referirme a mi pobre vida… antes del cáncer… y mi actual estadio de la mano de la Felicidad, con la consecuente despedida al Miedo a todo lo que existe en el Universo.
Febrero del 2011 me sorprende y paraliza con un diagnóstico cruel, sumado a mis malas condiciones de salud que hacían de mí una paciente de alto riesgo. ¿Cómo iba a afrontar la enfermedad y sus consecuencias? ¿Qué iba a ser con mi habitual tormenta interior de miedos?-
Pero Dios siempre nos manda regalos celestiales para ponernos de pie en la embestida del destino. Así fue que casi al mismo tiempo de aquel fatídico día , encontré un @migo en una red social. Era un ilustre desconocido, allende los mares con corazón grande y con el Compartir como filosofía de Vida. Con él empecé mi metamorfosis pues primero me propuso “encontrarme a mí misma” y a partir de allí empezar a vivir mejor.
¿Cómo era antes del IV Signo del Zodíaco? Tan solo una pobre mujer atormentada por miedos ancestrales disfrazados en una fortaleza, que tan solo era sufrimiento interior.
Temía a todo : a ser feliz… a que me abandonen… al ridículo… a la traición… a estar enferma… a perder amigos… a la injuria… a vivir en pareja… a ser luz… y también a no ser luz. Mi vida eran los ataques de pánico, los espasmos bronquiales, las alergias y… el hipocondrismo. Ninguno de mis múltiples éxitos profesionales inundaba de alegría mi penoso interior…
Sufría… apenas sobrevivía… me excedía en el trabajo para olvidarme de mis miedos… me cansaba tanto para poder dormirme y así despejarlos … pero al otro día de nuevo la rueda de la vida daba vuelta y me encontraba en igual situación. Fueron décadas de no saber cómo vivir bien… Fueron décadas de no amarme… de no valorarme… de no reflexionar hacia mi adentro… de temer a lo que los otros pudieran decir.
Pero todo tiene su final: un día me acosté oruga y desperté mariposa. Había aprendido la lección del amigo desconocido… de ese faro que iluminaba mis encrespados senderos de los miedos ancestrales.
Hoy sé y vivencio que la Felicidad no viene de afuera, sino que debo decidirme a ser Feliz desde mi interior. No tengo que esperar que el entorno me traiga gozos, sino decirme constantemente “Puedo… puedo… puedo ser Feliz y así lo seré”.
Cambié mi forma de ver al Mundo. Él ya no me es hostil… es como es y yo decido… no me tiene que desarmonizar,… no me tiene que paralizar… ni enfermarme.
Que hablen… me critiquen… me señalen… se burlen… me discriminen… que vengan degollando… que truene… que llueva… que haga calor… que no me alcance el sueldo… ,nada me turba, mi armonía interior seguirá incólumne.Me preguntarán y ¿cómo pudiste? Mi respuesta es una sola “Amándome a mí misma”, a valorándome, y a respetándome siempre… solo así se puede ser Feliz.
En éste aquí y ahora, yo no le tengo miedo al Miedo, aprendí que para transmutar solo debo proponérmelo… me Amo a misma y también Amo y me Aman… ¿qué más puedo pedirle a la Vida? De lunática errante por los caminos del Miedo, me he transformado en un ser Feliz… que se desarma y se construye constantemente… en una mujer que valora su luz… sus logros… su compartir… y sus palabras que entintan las páginas en blanco.-
Hoy puedo decir:
Me acosté oruga… y desperté mariposa.
Me dormí vencida… y desperté triunfante.
Soñé en negro… y desperté en colores.
Respiraba bruma… y hoy nado a cielo abierto.
Era muda… y hoy tengo hijos de papel
Vida mía… eras triste, ahora euforia,
el Miedo dejó de darme Miedo.
Lic. Nieves Teresita Maldonado